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Estrategia conductual

Desde siempre, avances en el mundo conductual y motivacional de la psicología han optimizado el mundo organizacional. Éstos ofrecen pautas de mayor alcance para los líderes y las múltiples tareas que realizan.

Una herramienta psicológica que hoy se indaga y aplica para impactar en el comportamiento de los miembros de un equipo, es la estrategia conductual. A través de ella podemos lograr cambiar patrones indeseados o iniciar aquellos que deseamos tener y promover en nuestros colaboradores. 

¿Pero cómo funciona? Antes de introducirnos en buenas prácticas o reflexiones sobre el tema… desglosemos el término.

Definiciones

Definamos estrategia, conductual y sesgos (un elemento importante para la toma de decisiones dentro del comportamiento). 

ESTRATEGIA:
Tiene múltiples definiciones; sin embargo, un significado común es el siguiente “…conjunto consciente y deliberado de orientaciones que determinan decisiones hacia el futuro” (Mintzberg). 

CONDUCTUAL:

Se refiere a la psicología  del comportamiento (teoría que sostiene que todos los comportamientos del ser humano se adquieren a través de interacciones entre el individuo y su entorno). 

SESGO:

Dentro de esa interacción de la que hablamos en “conductual”, se dan patrones inconscientes, que inclinan de manera no racional las decisiones. “Un sesgo cognitivo es una interpretación errónea sistemática de la información disponible que ejerce influencia en la manera de procesar los pensamientos, emitir juicios y tomar decisiones (…) concepto introducido por los psicólogos israelíes Kahneman y Tversky en 1972”.

Contexto

De esta forma, la estrategia conductual aplica conocimientos de la psicología para entender mejor la existencia, identificación y despeje de sesgos en los tomadores de decisiones para una gestión estratégica en ellos.

Dan Lovallo y Olivier Sibony, en el reporte Mckinsey Quarterly, señalan que en campos como las finanzas, marketing, las ventas, la comunicación y otros, se toman en cuenta de manera consciente las tendencias sistemáticas dadas por lo psicológico para el desarrollo de procesos, productos y servicios.  Es decir, estas disciplinas aportan “insights” sobre el comportamiento para predecir resultados o incluso crear tendencias. 

Sin embargo, pese al gran impacto que tiene este tipo de herramientas, en el área de toma de decisiones, pocos estrategas corporativos la toman en cuenta como factor determinante para ser estratégicos. [Obviamente, sus propios sesgos también están involucrados].

¿Tendencia o necesidad?

Investigaciones, en el ámbito de la toma de decisiones estratégicas, validan la necesidad de practicar la estrategia conductual para lograr resultados óptimos. Incorporar la psicología nos permite entender, por ejemplo, que más allá del análisis exhaustivo de los datos que tengamos sobre algo, lo que más influye en los buenos resultados de la decisión tomada es el proceso de la misma, dentro de la organización. 

Y cuando hablamos de procesos nos referimos a: implementar nuevas normas en los equipos (gestión de reuniones para eliminar sesgos), estimular debates, incorporar lenguajes simple que abarquen lo cotidiano de la realidad corporativa y no lo que indica la teoría académica, entre otros. Todo esto para algunas instituciones significa un cambio cultural profundo, sin embargo si no comenzamos desde lo equipos, ¿cómo podríamos hacerlo posible?.

Por ello “para empezar”, Dan Lovallo y Olivier Sibony, proponen los siguientes 4 pasos para incorporar una estrategia conductual eficiente en la toma de decisiones:

  1. Decidir qué decisiones justifican el esfuerzo
    Diferenciar los métodos aplicados para las decisiones “únicas y raras” (aquellas que se requieren de forma poco común) y las repetitivas (que como su nombre lo indica, se dan con mayor frecuencia, pero que incluso, sin imaginarnos, pueden impactar considerablemente el futuro de la organización). 
    Los estándares deben ser diferentes en ambos casos y los sesgos también van a variar según los juicios y creencias presentes.
  2. Identificar los sesgos que tienen más probabilidades de afectar las decisiones críticas: 
    Plantear una discusión abierta de los posibles sesgos que pueden presentarse en el tema.   Esto puede estimularse a través de preguntas detonadoras que identifiquen juicios, creencias, patrones disfuncionales, cultura de inercia basada en consenso, entre otros.

  3. Seleccionar prácticas y herramientas para contrarrestar los sesgos más relevantes:
    Seleccionar mecanismos acordes al tipo de decisión en cuestión, a su cultura y a los estilos de sus líderes.

  4. Integrar las prácticas en los procesos formales:   
    Cuando se incorporan estas prácticas en los procedimientos operativos corporativos formales, los ejecutivos deben asegurarse de que éstas se utilicen con cierta regularidad y no solo cuando haya dudas; incorporarlas en su día a día permitirá interiorizarlas y así evidenciar el impacto.

Entender, internalizar e implementar elementos de la estrategia conductual en los procesos de toma de decisiones requiere esfuerzo y compromiso, y en muchos casos cambios de cultura; sin embargo el enfoque estratégico suma valor a las personas y al negocio, haciéndolos crecer de forma sostenible y generando impacto individual y colectivo.

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Fuentes:
https://www.mckinsey.com/business-functions/strategy-and-corporate-finance/our-insights/the-case-for-behavioral-strategy?cid=app
https://es.wikipedia.org/wiki/Henry_Mintzberg

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