20 de Julio de 1969. “Al momento de pisar la segunda la escalerilla, el comandante Neil Armstrong comienza a descender en el suelo lunar (…)”, éstas fueron las palabras de Humberto Martínez Morosini, locutor peruano que narró la llegada del hombre a la Luna. Éste sin duda fue “un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad” y no sólo por lo que significaba para la ciencia, sino también para nuestra relación con la información en general, o lo que hoy llamamos contenido.
El mundo entero se paralizó y sólo había un objetivo compartido ese día, seguir de cerca la llegada del hombre a la luna. Según datos de la NASA, 650 millones de personas vieron la transmisión televisiva. Otros tantos alcanzaron a escucharla por la radio. Sí, muchos sólo escucharon un relato porque no tenían televisión en casa.
La realidad era otra en los años 60. La imaginación estaba entrenada, todavía se producían radionovelas, la radio aún era la principal fuente de información de la mayoría. Y así, la relación con el contenido en general era pasiva.
“Y llegaron bailando el chachachá”
Tan pasiva fue nuestra relación con el contenido, que años antes (1938) provocó el pánico en toda una comunidad de oyentes. Domingo, 30 de octubre: Halloween; el momento perfecto para una narración diferente. Orson Wells, actor, director, guionista, productor y locutor de radio estadounidense, transmitió una adaptación de la novela “La Guerra de dos mundos”.
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Dicha obra cuenta la historia de una invasión extraterrestre; marcianos llegaban a la tierra y no precisamente en son de paz o bailando el chachachá. Historia que creyeron muchos oyentes. Fueron 59 minutos de verdadero miedo para algunos y de mucho arte y talento para otros. Ésta es una evidencia de cómo fuimos consumidores creyentes por mucho tiempo. Hoy, aunque una parte a veces se deje llevar por las fake news, la historia es diferente.
De la radio al internet
Pasaron los años y el acercamiento a la información cambió. Llegó el internet. El contenido se encuentra a la vuelta de un click. Además, podemos decidir más libremente qué ver y qué no. Elegimos lo que consumimos, o al menos eso parece por ahora.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), realizada por el INEI (para finales del 2021), 82% de los peruanos (de 18 a 70 años) cuenta con acceso a internet. Un porcentaje amplio que solo evidencia lo mucho que ha cambiado la realidad en medio siglo.
Hace 53 años imaginamos la llegada del hombre a la Luna, gracias a una narración en la radio. Hoy vemos en vivo y directo al robot Perseverance de la NASA, aterrizar en Marte con imágenes de excelente definición, muy lejos de aquellas de Neil Armstrong donde en vez de una foto o video, se parecía más a una ecografía.
En vivo
Hoy amamos los directos (videos en vivo), y no nos conformamos con aquel contenido que sólo informa, sino que necesitamos que también entretenga, que sea humano, que “nos sirva” (en todo el sentido de la palabra servir). Los medios de comunicación fueron cambiando el comportamiento del espectador, preparándolo para lo que luego llevaría a otro nivel las redes sociales.
Las redes cambiaron las reglas del juego e hicieron que nuestra relación con todo tipo de acontecimiento cambiara. Ya no sólo se lleva a cabo un evento y puedes asistir a él para vivir la experiencia, ahora lo tienes literalmente en la palma de tu mano. Tu celular y tus dispositivos móviles son tus ventanas al mundo. Nadie te lo cuenta, tú lo ves en vivo donde gustes (antes, durante y después).
Entonces la forma de gestionar el contenido en general cambia. Los momentos suman perspectivas. Un evento ya no es el mismo para todos. Es uno para el que asiste, otro para el que lo ve en vivo en una pantalla, otro para el que ve fragmentos en memes o reels, etc. Ahora un evento, es un insumo.
Súper Bowl Halftime Show
Hoy un partido deportivo no sólo es un partido, y un concierto no es sólo un concierto. Se abren posibilidades y son espacios que van más allá del entretenimiento. Son espacios para contar historias, para hacer denuncias sociales, para unir a un colectivo e incluso para juntar a amantes del deporte y de la música en un mismo momento.
El Súper Bowl, es un juego de fútbol americano que se caracteriza por tener un gran show durante el medio tiempo. Este año generó diversas opiniones y análisis. Se habla de acusaciones racistas dentro de la NFL, del gesto de Eminem en apoyo a la lucha contra el racismo, lo grande del estadio en relación al escenario creado, la subida de peso de algunos de los artistas y mucho más. Hoy se analizan este tipo de detalles que van incluso más allá del resultado del partido o de lo mucho que entretuvo el show.
Más que un concierto, eventos como el medio tiempo del #SuperBowl, son hoy insumos para que usuarios de muchas partes del mundo hablen de temas y compartan lo que piensan y sienten al respecto.
De “consumers” a “prosumers”
Así, pasamos de tener un espacio donde podíamos mirar información a encontrarla, de encontrarla a compartirla y de compartirla a crearla. De consumir contenido pasamos a producirlo. Se habla de que antes éramos sólo “consumers” o consumidores, pero ahora somos “prosumers” o productores y al mismo tiempo consumidores de contenido.
De esta forma nuestra relación con la información o el contenido ha evolucionado, hoy somos más curiosos pero al mismo tiempo incrédulos. Queremos saberlo todo pero no creemos en todo, al menos algunos. Hoy nos acercamos diferente a la información y por ello nuestras interacciones con ella son distintas.
Vivimos una relación “always on” con el contenido. Frente a esto, ¿qué hacer? La tarea es observar, como “prosumers” toca analizar y testear para acompañar esta evolución que parece avasallante pero que al final es producto de nosotros mismos. Cuestionando, indagando, empatizando, descubriendo. ¿Te atreves?